SOLUCIONES PARA MITIGAR EL CAMBIO CLIMÁTICA

22.03.2012 19:09

La preocupación por el medio ambiente no es ya patrimonio exclusivo de una pequeña minoría de excéntricos. Esa preocupación es ahora compartida por todo el espectro político, desde la izquierda a la derecha. Cuando los políticos empiezan a pasar junto a lagos, profiriendo su amor eterno a la naturaleza, está claro que saben de dónde sopla el viento.

 

                        Margaret Atwood.

 

 SOLUCIONES PARA MITIGAR EL CAMBIO CLIMÁTICO

         El Cuarto Informe de Evaluación del IPCC expone una serie de ejemplos seleccionados de adaptación por sector.

 

1. Mitigación del Cambio Climático.

1.1. Agua.

Se aconseja una expansión de la recogida de agua de lluvia; es necesario utilizar técnicas de conservación y almacenamiento de agua; es conveniente la reutilización de agua; se insiste en la técnica de desalación como paliativo de las sequías; haciendo especial mención de la eficiencia en uso de agua y riego.

Por otro lado, se hace hincapié en las políticas nacionales de agua y gestión integrada de los recursos de agua para solucionar la escasez hídrica, siendo necesario ampliar los trasvases y la creación de presas que recojan el agua de las lluvias torrenciales, no sólo para evitar inundaciones y pérdida de agua y escorrentía, sino también para almacenar dicha agua y trasvasarla en caso de necesidad de los regadíos y de escasez humana; gestión de los riesgos relacionados con el agua.

1.2. Agricultura.

Señalan que como los cambios de temperatura que se esperan pueden trastocar las épocas de germinación y floración de los cultivos y plantas es necesario un  ajuste de las fechas de plantación y variedad de cultivos, a ser posible, para que se adapten a los cambios térmicos; se aconseja una reubicación de cultivos para incrementar la productividad; asimismo, es necesario una gestión eficiente de la tierra mejorada, por ejemplo, control de la erosión y protección del suelo por plantación de árboles, por ello, una reforestación en las áreas áridas y semiáridas sujetarán los suelos evitando la degradación de los suelos, además, sabemos que las plantas, árboles y cultivos de frutales y hortícolas emiten oxígeno y humedad, crean núcleos de condensación y absorben dióxido de carbono sobrante en la atmósfera.

 Aconsejan, también, la aplicación de políticas de I+D; reformas institucionales agrarias; mejoramiento de la tenencia de la tierra y reforma de la tierra; ampliación de los seguros de cultivos; incentivos financieros por parte de las instituciones. Restricciones tecnológicas y financieras; acceso a nuevas variedades; ampliación de mercados.

1.3. Infraestructuras/Asentamientos (incluyendo costas).

Como es previsible se produzcan inundaciones y subida del mar los expertos plantean una Reubicación de las infraestructuras y asentamientos tratando de evitar los mayores daños posibles; en este sentido se trata de ampliar diques y barreras para mareas de tempestad;  ampliar el reforzamiento de dunas; adquisición de tierra y creación de marismas/humedales como tampón contra el aumento del nivel del mar y la inundación; se estima que se deben proteger las barreras naturales existentes y en nuestra opinión crear barreras artificiales que ayuden a las naturales.

1.4. Salud humana.

        Los Ministerios de Sanidad Pública deben  aconsejar estudiar la viabilidad de realizar planes de acción calor-salud para evitar golpes de calor que puedan llevar a fallecimiento; Debe hacerse una campaña viable de acceso a “centros de enfriamiento” públicos en épocas de máximo calor, sobre todo para personas mayores; del mismo modo, los organismos públicos deben hacer campañas para que en las horas de medio día evitar el trabajo en la agricultura y construcción y deportes que conlleven esfuerzos prolongados evitando de este modo “golpes de calor” en verano; se aconseja  ampliar los servicios médicos de emergencia; una mayor  vigilancia y control mejorados de enfermedades sensibles al clima; ampliar el número de centros sanitarios para  la mejora de la sanidad y ampliar el abastecimiento de agua segura y potable.

         Se deben incrementar las políticas de salud pública que reconozcan el riesgo climático, con un grado elevado de reforzamiento de los servicios de salud, ampliando las coberturas sanitarias; ampliar la cooperación regional e internacional sobre enfermedades que conlleven riesgos climáticos adversos.

1.5. Turismo.

Fomentar las campañas de que consideren muy importante la diversificación de las atracciones  e ingresos turísticos, tratando de mitigar los impactos medioambientales que generen el calentamiento global y el cambio climático; como hemos visto anteriormente existe una posibilidad real de desaparición de glaciares, por ello las pistas de esquí deben desplazarse a altitudes mayores por el retroceso de los glaciares; de igual modo para evitar menores ingresos económicos por el turismo blanco se debe  incrementar  la generación de nieve artificial.

Desde el punto de vista del turismo heliotrópico (sol y playa), deben regenerarse las playas, ampliando el número de playas artificiales y acondicionamiento de las áreas costeras en las que se produzca elevación del nivel del mar (muros de contención, etc.).

Es deseable fomentar el turismo rural, el ecoturismo, el senderismo, la exploración de montañas de interés turístico siempre que no se cause impacto medioambiental; asimismo, desarrollar el turismo de exposición, de visitas históricas y rutas monumentales y de peregrinación.

1.6. Transporte.

 Se plantea la realineación/reubicación del transporte; así como, el diseño de criterios y planeamiento para carreteras, trenes, y otras estructuras.

De igual modo la integración de las consideraciones de cambio climático en las políticas nacionales de transporte; inversión en I+D para situaciones especiales, por ejemplo, zonas con permafrost. Disponibilidad de rutas menos vulnerables.

1.7. Energía.

Se plantea la necesidad del fortalecimiento de la transmisión por cable y la infraestructura de distribución; cableado bajo tierra para empresas de servicio público; eficiencia energética; uso de fuentes renovables; dependencia reducida de fuentes sencillas de energía.

Igualmente, políticas, regulaciones e incentivos fiscales y financieros nacionales de energía para fomentar el uso de fuentes alternativas.

En el campo de las fuentes de energía, en nuestra opinión, se debe a la mayor prontitud posible cambiar los combustibles fósiles que emiten gases efecto invernadero (carbón, petróleo y gas natural) en todos los sectores, especialmente en los industriales y de transportes, entre otros, por fuentes de energía limpia renovables (eólica, solar, fotovoltaica, mareomotriz, geotérmica, fusión del átomo de hidrógeno, biomasa, eléctrica, biocombustibles, etc.), como hemos señalado más arriba.

En cuanto a la energía nuclear, a nivel mundial y de España, existe un amplio debate en torno a su viabilidad; sabemos de la importancia que tiene para fines no bélicos, se aplica en medicina y en la producción de electricidad, entre otras cosas, para sustituir las centrales térmicas que utilizan carbón y no emite dióxido de carbono, por ello, ciertos sectores económicos e industriales la están potenciando para sustituir los combustibles fósiles, sin embargo, advertimos que es muy peligrosa, genera residuos radiactivos cuya peligrosidad perdura decenas de miles de años, es la que menos empleos genera, es muy cara, no es necesaria, no soluciona el cambio climático ni económica y eficientemente para reducir el dióxido de carbono, las reservas de uranio-235 se están agotando; en este sentido, Cayetano Espejo Marín (2002) indica que “España deja de producir uranio el 31 de diciembre de 2000, al cesar su actividad la única explotación minera que se mantenía abierta, la de Saelices el Chico, en la provincia de Salamanca. Dos han sido las razones que explican este cierre: la escasez de la reserva por un lado, y en segundo lugar la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) decide que si el producto se adquiere en el extranjero, La Empresa Nacional Uranio S. A. (ENUSA), dejaría de perder en torno a los 1.500 millones de pesetas (9 millones de euros) anuales”. Ello induce a depender del exterior. Por otro lado, la energía nuclear no tiene el respaldo de la sociedad y la rechazan para producción de electricidad; no es económicamente eficiente, ni social ni medioambientalmente aceptable.

                                                     Cuadro 11

Antigüedad, Potencia Instalada y Producción de las Centrales en España. 2000

 

 

   

 

 Nombre

  

 

 

 Puesta en

     Servicio

   

 

 

Potencia

  (MW)

   Producción

(Millones de kw/h)

 

    

 

            Propietario

 

 

 

 

 

José Cabrera

         1968

           160

    1.169

Unión Fenosa 100%

Sta. Mª Garoña

         1971

           466

    4.031

Endesa 50 %, Iberdrola 50 %

Almaraz I

         1981

           974

    7.765

Endesa 36 %, Iberdrola 53 %,  U. Fenosa

Almaraz II

         1983

           983

    7.686

Endesa 36 %, Iberdrola 53 %, U. Fenosa

Ascó I

         1983

         1.028

    8.010

Endesa 100 %

Ascó II

         1985

         1.015

    8.796

Endesa 85 %, Iberdrola 15 %

Cofrentes

         1984

         1.025

    7.715

Iberdrola 100 %

Vandellós II

         1987

         1.082

    8.304

Endesa 72 %, Iberdrola 28 %

 

Trillo

        

         1988

        

         1.066

  

     8.733

U. Fenesa 34,5 %, Iberdrola 48 %, Hidroeléctrica del Cantábrico 15,5 %, Nuclenor 2 %.

    Total

 

         7.799

  62.206

 

Fuente: UNESA. Las centrales nucleares españolas en 2000.  Cortesía de Cayetano Espejo Marín: La producción de electricidad de origen nuclear en España. Boletín de la A.G.E. Nº 33- 2002

Este Cuadro es lo suficientemente ilustrativo de lo vetustas que son las centrales nucleares en España; no vamos a negar la importancia de la potencia total en MW y la producción total en millones de kw/h; pero sería deseable que paulatinamente fueran sustituidas por energías renovables.

Un ejemplo, entre otros, de su peligrosidad lo tenemos en la central atómica de Garoña (Burgos, España), situada a 45 kilómetros de Vitoria. El 5 de julio de 2009 expiraba el plazo de permiso de explotación. La central tiene problemas técnicos; pues cuenta con numerosas grietas y elementos de la vasija del reactor y es objeto habitual de incidentes que obliga a su paralización. El 1 de abril de 2009 un transformador eléctrico explosionó causando alarma entre los ciudadanos y trabajadores. La empresa operadora trató de ocultar el incidente, que fue denunciado por Greenpeace y Ecologistas en Acción. Además, días después la central tuvo que realizar una nueva parada no programada debido a un fallo en una válvula de seguridad y otra el 23 de abril de 2009 por un fallo en el generador eléctrico (Revista Greenpeace 1/09).

Sin embargo, el Consejo de Seguridad Nuclear, dijo el lunes día 8 de junio de 2009, según la Agencia Reuters, que había realizado una recomendación no vinculante al Gobierno señalando que la Central Nuclear de Garoña era lo suficientemente segura como para funcionar otros diez años

El Ejecutivo - que ha prometido reducir paulatinamente la energía nuclear - tiene la última palabra sobre la renovación del actual permiso de actividad para la planta de 500 megavatios.

Garoña es propiedad de un consorcio formado por Iberdrola y Endesa. Es de lejos la central en funcionamiento más antigua de España, y se diseño para funcionar 40 años, es decir hasta el 2011. Garoña sólo proporciona el 1,2 % de la producción de electricidad en España.

El problema del cierre de Garoña, como el de otras centrales nucleares, es fundamentalmente la generación de paro laboral; en este caso en concreto afecta a 800 puestos directos y a 1.200 si se contabilizan los puestos de trabajo indirectos. Desde esta óptica se incrementa el volumen del ya paro alarmante que tiene el país; por ello, en el valle donde se asienta la Central Nuclear de Garoña debería implantarse un Parque Tecnológico que absorbiera el número de parados de dicha central y creara otros alternativos.

Este ejemplo, por no recordar el de Chernobil (Ucrania, Antigua Unión Soviética), es lo suficientemente ilustrativo para pensar en que la solución de las energías fósiles (petróleo, carbón y gas natural), no pasa precisamente por sustituirlas por energía nuclear. En todo caso, reiteramos, las energías fósiles deben ser sustituidas por energías renovables limpias, no contaminantes, sostenibles y no peligrosas para la sociedad.

Otras soluciones que se pueden abordar, las apuntábamos en un artículo publicado en la revista Lurralde del Instituto Geográfico Vasco titulado: “Consideraciones en torno al impacto medioambiental de las fuentes de energía” (Amestoy Alonso, J. 2000), respecto a los problemas ambientales derivados de la energía y la actividad industrial, las soluciones deberían ser: Fomentar el ahorro de energía, para reducir la emisión de contaminantes. Incrementar los presupuestos en investigación tecnológica, para reducir las emisiones por unidad de producción. Reducir la contaminación de la biomasa al ser utilizada como energía doméstica, sobre todo en los países subdesarrollados. Fomentar un uso más extensivo de los suministros colectivos de energía, como la electricidad o la calefacción comunitaria. Incrementar la producción de energía eléctrica reduciendo la contribución de los combustibles fósiles, sobre todo el carbón porque es el combustible fósil más contaminante debido a las emisiones de dióxido de carbono. Fomentar la utilización de energías renovables. Reducir la contaminación ambiental originada por el transporte, sobre todo las emisiones de plomo y monóxido de carbono. Reducir la contaminación industrial, de la industria pesada.

2. Soluciones de mitigación del cambio climático que pueden aportar los ciudadanos.

         Si bien los ciudadanos podemos intentar mitigar el cambio climático con un seria de soluciones, que veremos a continuación, entre otras, las soluciones eficaces y efectivas son las que deben tomar los gobiernos de las naciones, las empresas y las instituciones; si éstos no lo realizan a la mayor brevedad y eficacia, poco va a servir las soluciones que tomemos los ciudadanos, no obstante, exponemos a continuación algunas soluciones a modo de ejemplo que podemos realizar los ciudadanos del mundo:

  • Se debe aprovechar la iluminación natural

  • Utilizar lámparas de bajo consumo que sustituyan a las lámpara incandescentes; el ahorro de energía puede llegar al 80 %.  Ejemplo si se sustituye una de 100 W se evita la emisión de 500 kg. de CO2.

  • Apagar siempre las luz eléctrica de las habitaciones cuando se salga de ellas

  • En las ventanas el doble acristalamiento con cámara de aire o dobles ventanas, toldos, persianas, burletes, etc. consigue un importante ahorro de energía.

  • En las nuevas construcciones un adecuado aislamiento de los muros.

  • El termostato del aire acondicionado debe situarse en torno a los 25º C, así el ahorro de energía será aproximadamente del 8 %.

  • Utilizar la calefacción central colectiva, es un sistema mucho más eficiente que los sistemas individuales.

  • La calefacción debe situarse entre 19 y 21º C. Se sabe que cada grado más consume entre un 5 y un 7 % de energía.

  • Regulara los termostatos de los radiadores en función que tengan las habitaciones.

  • Los cronotermostatos y las válvulas termostáticas son muy eficaces para reducir la temperatura y consumir menos energía.

  • Consuma equipos que cumplan con la normativa ahorradora de energía y que tengan modos de reposo.

  • Se debe configurar el ordenador y el monitor para que entre en reposo sino los va a utilizar en unos minutos.

  • Apagar el ordenador si va a estar una hora sin utilizarlo.

  • Desconectar los televisores, cadenas de música, radios, impresoras, vídeos del modo Stand-By. Un televisor en modo de espera puede llegar a consumir entre 3 y 20 vatios, lo que supone el 70 % del total del consumo anual y sólo el 30 % si está funcionando.

  • Los salvapantallas negros y fondos de escritorio oscuros minimizan el consumo de energía.

  • Tapar las ollas y sartenes con el fuego de la cocina más bajo; cocinar sin tapar supone el triple de gasto de energía.

  • Usar la olla a presión reduce el tiempo de cocción y la temperatura.

  • En vitrocerámicas y cocinas eléctricas se puede apagar el fuego y seguir cocinando con el calor residual.

  • Lavar los platos con el lavavajillas y use los programas adecuados, pues lavar los platos a mano con agua caliente supone un 40 % de consumo energético.

  • Cuando compre electrodomésticos que sean de clase energética A, ya que pueden consumir un 39 % menos de energía.

  • Pregunte en su compañía eléctrica el origen de su electricidad y cambie de compañía si ésta utiliza energía eléctrica térmica proveniente de la combustión de gasóleo, gas natural o carbón y cambiarse a otra que consuma energía renovable.

  • Compre papel reciclado 100 % y libre de cloro.

  • Se debe utilizar el transporte colectivo.

  • El vehículo privado debe estar puesto a punto, ahorra combustible.

  • Si compra coche que emita menos de 120 g de CO2 por kilómetro, así se ahorrará el impuesto de matriculación y contaminará menos.

  • Recogida selectiva de papel, vidrio, envases, hierro para que se reciclen.

  • Utilizar el carril de bicicletas.

  • Impulsar a la creación de ciudades verde.

  • Impulsar la creación de redes de tranvías en las ciudades.

  • Utilizar la energía fotovoltaica, solar, biogás, biomasa.

  • Impulsar la creación de trolebuses eléctricos y diesel, es decir, híbridos al igual que la compra de automóviles de las mismas características.

Estas son algunas de las medidas que podemos hacer los ciudadanos para evitar un consumo de energía y evitar contaminar la atmósfera; pero insistimos, tienen que ser los poderes públicos quienes se pongan a trabajar de inmediato para solucionar el cambio climático; sirve de poco que los ciudadanos pongan soluciones si las grandes empresas, los grupos de presión y algunos Estados no cumplen las normativas y consejos del IPCC.

Fragmento del libro "El PLaneta Tierra en peligro. Calentamientop Global. Cambio Climático. Soluciones".  Editorial Club Universitario. San Vicente de Raspeig (Alicante). Autor: José Amestoy Alonso